Mi comienzo con internet fue trabajando, sin conocer nada de lo asombroso que fui descubriendo más tarde en este mundo. Como anécdota les cuento mí primer encuentro cercano, fue gracias a mi hijo: en mi antiguo trabajo que dos semanas al año estaban destinadas a la Exposición Rural, mi horario se extendía hasta las 22hs, así que el venia a quedarse “conmigo”, así hacia uso de internet , un día ya terminada la jornada le digo: vamos? A lo cual me contesta, espera má, estoy hablando con una chica. Ops, dije yo, levanté los teléfonos y había tono en todas las líneas, me fui a la compu donde él estaba, porque pensé ¡este chico enloqueció!. Y no, la que enloquecí fui yo, cuando me dijo, vení sentate, que te abro una página para que hables con alguien, decime un Nick, Má, a ver a ver, la pagina de 30, ya que vos tenés 32… Yo con mi cara de no entender nada y con el aliento entrecortado, mirándolo, sin atreverme a decir, “Nene, de que me estás hablando?”.
Lo cierto que con el tiempo compramos una computadora para tener en casa y como siempre me gustó investigar, escribir, leer, fue uno de los recreos que vengo tomándome hace unos años y así llegue abrir mi primer blog, que después por ser tan temperamental, cerré. Abrí otro que alguno se acordará “Cecy recargada”, que solo era un pasatiempo, donde volcaba lo que me venía en ganas. Hasta que una amiga muy querida me dijo y hasta cuando nos vas a privar de tus escrito? Eso me llevo un tiempo de pensar, porque la verdad no soy ni escritora, ni poeta , solo me gusta jugar con las palabras y dejar salir lo que fluye de manera natural a mis días, lo que si tengo en claro que sale desde el alma, como si alguien habitara dentro mío, pidiéndome salir y así escribo a su auxilio.
Al fin me decidí y aquí estoy con “mi más profundo silencio”, al cual le tengo un cariño entrañable, donde comparto con amigos y amigas algunos hace ya casi dos años y muchos que se han ido incorporando, me llena de satisfacción. Este mundo es maravilloso y lo más bonito es leer a mis compañeros y compartir sus vivencia, sus alegría, lagrimas, la vida como florece en cada blog.
En fin, una experiencia que me acompaña siempre y que deseo sea tan eterna, como el amor que uno sueña.