Publicado por Enric Guivernau el 10 de Abril de 2007
La Dirección General de la Policía de Seattle (Washington) ha confeccionado un informe que entrega a los padres cuando los hijos son llevados a la comisaría por haber hecho algo incorrecto, así también en los colegios para que lo difundan entre familias. Pretende llamar la atención de los padres sobre su enorme responsabilidad y sobre la tremenda influencia que con sus malos ejemplos y una errónea formación pueden ejercer sobre sus hijos.
Los diez puntos del informe:
1. Dale todo cuanto desee: así crecerá convencido de que el mundo entero le debe todo.
2. Reíle todas sus groserías, tonterías y salidas de tono: así crecerá convencido de que es muy gracioso y no entenderá cuando en el colegio le llamen la atención por los mismos hechos.
3. No le des ninguna formación espiritual: ¡ ya la elegirá él cuando sea mayor!
4. Nunca le digas que lo que hace está mal: podría adquirir complejos de culpabilidad y vivir frustrado; primero creerá que le tienen manía y más tarde se convencerá de que la culpa es de la sociedad.
5. Recoge todo lo que vaya dejando tirado: así crecerá pensando que todo el mundo está a su servicio; su madre la primera.
6. Dejale ver y leer todo: limpia con detergente, que desinfecta, la vajilla en la que come, pero deja que su espíritu se recree con cualquier porquería. Pronto dejará de tener criterio recto.
7. Padre y madre, discutan delante de él: así se irá acostumbrando, y cuando la familia esté ya destrozada lo encontrará de lo más normal, no se dará ni cuenta.
8. Dale todo el dinero que quiera: así crecerá pensando que para disponer de dinero no hace falta trabajar, basta con pedir.
9. Que todos sus deseos estén satisfechos al instante: comer, beber, divertirse,…¡de otro modo podría acabar siendo un frustrado!
10. Dale siempre la razón: son los profesores, la gente, las leyes… quiénes la tienen tomada con él.
El informe de la policía de Seattle, dirigido a las padres, termina diciendo: “Y cuando su hijo sea ya un delincuente, proclama que nunca pudiste hacer nada por él”.
Educar no es jugar, ni entretener (para eso basta un payaso). Educar es adquirir destrezas, acumular conocimientos, despertar inquietudes activas y aprender formas de convivencia que eviten el capricho del mal criado.
Cuando un niño comete un acto de indisciplina en el colegio, donde no conoce a fondo al profesor, es que en su casa está harto de hacer lo mismo pero allí le sonríen. No es lo mismo inserción que reinserción y para reformar están los reformatorios, no los colegios. Cuando un alumno, con su actitud en clase, priva a otro de su derecho a la educación, está cometiendo un delito. Y hemos de “hacer algo” para proteger a los, muchos alumnos, que lo hacen bien. Algunos padres piensan que querer a sus hijos es defenderlos frente a los jueces, la sociedad y los profesores “que les tienen manía”.La realidad es que la cultura de los alumnos ha bajado hasta niveles alarmantes. Son poco trabajadores, tienen más información, pero menos formación; son más incultos, lo que inevitablemente los hace más inmaduros. Si los alumnos son más apáticos que nunca es debido a una educación equivocada. Muchos padres argumentan que los hijos lo tienen todo y por eso no valoran el esfuerzo que cuestan todas las cosas que valen la pena. Aunque la palabra NO todavía no ha desaparecido del vocabulario.En educación lo que más cuesta no es poner límites sino mantenerlos con convencimiento. No debemos tener miedo a educar.
Bueno chicas y chicos que pululan por allí, prometo leér todas las historias, de nuestro primer post...
Hoy tal vez no lo haría tan serio, pero sigo sosteniendo la historia de poner límites a los hijos, no pegarles, hablarles, pero un No es necesario en muchas oportunidades. Mis hijas ahora están crecidas: 21 y 18, fueron criadas con total libertad, pero ojito al uso que hacemos de ella...
Mis saludos y besos!!!